CASINO DE FUNCHAL |
OSCAR NIEMEYER
Quizá el más
longevo premio Pritzker de la historia hasta el momento, Oscar Niemeyer (Rio de
Janeiro, 1907-2012) tuvo el privilegio de coincidir con Le Corbusier o Lúcio
Costa, entre otros grandes arquitectos del siglo XX, pero también con los que
ya se están convirtiendo en grandes de los primeros años del siglo XXI. Su
larga vida le permitió participar en proyectos tan dispares como la
planificación de Brasilia, con algunos de los edificios más emblemáticos de la
ciudad como la catedral o el museo nacional, el museo de arte contemporáneo de
Niterói, la biblioteca de Río de Janeiro o, en España, el centro cultural
internacional que lleva su nombre en Avilés.
De entre todos los
proyectos, el casino de Funchal es quizá uno de los más curiosos por guardar
similitudes con la catedral de Brasilia, que es, a su vez, uno de los más
fácilmente identificables proyectos de este gran maestro brasileño. Conocido
como el maestro de la curva, Niemeyer hace gala a este sobrenombre también en
el proyecto del casino de esta localidad portuguesa.
La estructura de
este edificio es un hiperboloide apoyado sobre 32 columnas y abierto en su
parte superior, con una envolvente en donde toda una estructura nervada, emerge
desde el suelo para llegar a la coronación que acompañan la forma del
hiperboloide. Las características más relevantes del volumen residen en el
espacio interior, de gran amplitud, y la integración de la luz natural, la cual
penetra en el interior a través de toda una serie de ranuras abiertas en la
envolvente de los niveles 1 y 2 y de una hilera de ventanas que aparece en el
tercer nivel.