viernes, 10 de octubre de 2014

EMPIRE STATE BUILDING


Semana de la arquitectura neoyorquina

EMPIRE STATE BUILDING | WILLIAM FREDERICK LAMB


Formado entre la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Columbia y l’École des Beaux-Arts de París, este arquitecto neoyorquino (1883-1952), inició su andadura en el mundo profesional en 1911 tras incorporarse al estudio Carrère & Hastings. El mismo, pasaría a llamarse Carrère & Hastings – Shreve & Lamb en 1920, y cinco años después, se quedaría en Shreve & Lamb. En 1929 adquirió ya su nombre definitivo, Shreve, Lamb & Harmon, equipo que recibiría el encargo del proyecto del Empire State.

Para su diseño, se tomaron referencias de edificios como el Reynolds Building en una localidad de Carolina del Norte, y el Carew Building, en Cincinnati. La construcción se desarrolló entre 1930 y 1931. Mide 443 metros (381 metros a nivel del piso 102 y 62 metros del pináculo) y, además de convertirse en el edificio más alto del mundo en el momento de la finalización de las obras, también lo fue en sobrepasar las 100 plantas.

Arquitectónicamente, su diseño se basa en la estética Art Déco, lo cual se aprecia observando tanto su envolvente, conformada por un panelado de piedra caliza procedente de Indiana, como el cuidado de los espacios interiores, en los que los detalles modernistas se dejan ver en vestíbulos y zonas comunes. Ha sido considerado por muchos como la octava maravilla de la humanidad.




jueves, 9 de octubre de 2014

WOOLWORTH BUILDING


Semana de la arquitectura neoyorquina

WOOLWORTH BUILDING | CASS GILBERT


Considerado como uno de los primeros arquitectos en posicionarse a favor de la construcción en altura, Cass Gilbert (1859-1934) fue un arquitecto estadounidense artífice de algunos de los que más tarde se convertirían en edificios icónicos para la nación estadounidense. Considerándose heredero de las tradiciones artísticas europeas, realizó diseños atendiendo a los cánones estéticos clásicos y humanistas.

El caso concreto del edificio Woolworth responde a un estilo arquitectónico influido por el neogótico, imperante también en aquellos momentos en Europa. Destacan una serie de pináculos y gárgolas, además de por las ventanas de determinadas plantas, las cuales están inspiradas en las ventanas de estilo aquillado. Asimismo, es apreciable toda una ornamentación característica de catedrales góticas, y en la que se representan elementos florales principalmente sobre molduras y calados.

Fue encargado por Frank Woolworth, un empresario norteamericano que buscaba levantar un edificio de referencia para su sociedad. La construcción alcanzó los 241 metros de altura, convirtiéndose en el edificio más alto del mundo cuando fue inaugurado en 1913, y así sería hasta abril de 1930, cuando se inauguró el edificio que actualmente se conoce como The Trump Building.




miércoles, 8 de octubre de 2014

CHRYSLER BUILDING


Semana de la arquitectura neoyorquina

CHRYSLER BUILDING | WILLIAM VAN ALEN


Nacido en la ciudad de Nueva York, William Van Alen (1883-1954) se formó en el Pratt Institut de Brooklyn y posteriormente comenzó trabajando para diferentes empresas. En 1908 fue galardonado con el premio Lloyd Warren Fellowship, lo que le llevó a estudiar a París con Victor Laloux, exponente de la Belle Époque y la mayor influencia de Van Alen desde entonces. A su regreso a su ciudad natal en 1911, trabajó en sociedad durante algunos años hasta iniciar su andadura en solitario.

En 1928 comenzó a construir la que sería su obra cumbre: el edificio Chrysler, encargado por William Chrysler, propietario de la compañía automovilística del mismo nombre. Las obras finalizaron en 1930, y la altura máxima alcanzada por el edificio fue de 319 metros, lo que le valió ser el rascacielos más alto del mundo, título que mantendría durante un año, hasta la finalización del Empire State Building.

Desde el punto de vista arquitectónico, se trata de una de las más imponentes obras del art decó. Tal vez el rasgo más reconocible sean las cuatro gárgolas apostilladas en cada una de las esquinas de la planta 61, seguidas de toda una estructura que acaba por convertirse en piramidal hasta la cumbre caracterizada por unos diseños inspirados en los tapacubos que lucían los coches diseñados por la compañía que había financiado la construcción. El vestíbulo es uno de los más interesantes del conjunto de edificios que pueblan Nueva York: una explosión de Art Déco visible tanto en las lámparas de araña, en los azulejos, o incluso en ornamentos fabricados en acero inoxidable. Por encima de todo ello, destaca una pintura que cubre una superficie de casi 1000 metros cuadrados en el techo. En las paredes, los murales representan escenas relacionadas con el transporte, la industria y la construcción, sectores en auge en los Estados Unidos en el momento de la construcción del Chrysler Building. El edificio fue remodelado entre 1978 y 1979, años en los que el vestíbulo fue revestido de granito, mármol y acero y la aguja de la coronación fue restaurada.




martes, 7 de octubre de 2014

WALDORF ASTORIA


Semana de la arquitectura neoyorquina

WALDORF ASTORIA | SCHULZTE & WEAVER/LLOYD MORGAN


El estudio conformado por Leonard Schultze y S. Fullerton Weaver, fundado en Nueva York en 1921, extendió su trabajo a numerosos lugares de la geografía estadounidense. Acometió muchos proyectos de hoteles en ciudades tales como Miami, Los Ángeles y también en Nueva York, donde recibieron el encargo de la construcción del que sería uno de los hoteles más famosos del mundo, el Waldorf Astoria.

Para el diseño y la ejecución de dicho proyecto, Schultze & Weaver delegaron en Lloyd Morgan (1982-1970), formado en el New York’s Pratt Institute. Las obras dieron comienzo en 1929 y no finalizaron hasta 1931, momento en que se convirtió en el hotel más grande del mundo con 2200 habitaciones. Se encuentra situado en la Avenida Park de Manhattan y cuenta con 191 metros de altura entre los que se reparten 47 pisos. Recibe el nombre como homenaje al Vizconde William Waldorf Astor, y el actual hotel Waldorf Astoria fue el segundo en llevar ese nombre, tras ser derribado el primero.

Desde el punto de vista artístico, se trata de una construcción Art Déco en la que las tres plantas inferiores fueron profusamente elaboradas, que, tal y como describió Rem Koolhaas en Delirious New York, hacían honor a esa idea de Manhattan entendida como una Venecia moderna. El interior fue acondicionado para convertirse en el centro de la vida social neoyorquina, y acabó siendo un lugar en el que se celebraron grandes actos e incluso se rodaron algunas películas.



lunes, 6 de octubre de 2014

FLATIRON BUILDING


Semana de la arquitectura neoyorquina

FLATIRON BUILDING | DANIEL BURNHAM


Director de la Exposición Universal de Chicago de 1893, en la que participó el valenciano Rafael Guastavino con una réplica del edificio de la lonja de Valencia, Daniel Burnham (1846-1912) fue un arquitecto y urbanista estadounidense partidario de la arquitectura neoclasicista propia de la Academia y formado en la prestigiosa Escuela de Chicago.

Entre sus trabajos más destacados y célebres se encuentra el popularmente conocido como Flatiron Building, uno de los primeros rascacielos que se alzaron en la ciudad de Nueva York. Originariamente, recibió el nombre de Fuller Building porque fue construido por una empresa propiedad de George A. Fuller, quien falleció en 1900, dos años antes de que finalizasen las obras.

La característica principal del edificio es que se levanta sobre una parcela triangular en uno de los nudos más famosos de la Gran Manzana: entre la Quinta Avenida y Brodway y ante la Calle 22. Cuenta con una altura de 87 metros, lo cual en la actualidad no le hace sobresalir entre el skyline neoyorquino, pero teniendo en cuenta su antigüedad, se puede deducir que se trata de una de las primeras muestras de rascacielos de la historia. Arquitectónicamente, para su diseño, Burnham atendió a motivos característicos del estilo academicista, con una fachada compuesta por piezas de caliza y terracota. Su forma aerodinámica pudo servir como fuente de inspiración para los pioneros del streamline, y la misma goza de la propiedad de la anamorfosis, en la que en función del punto de vista desde el que se contemple el edificio, éste parece contar con unas dimensiones diferentes.